altamente peligroso,
sospechoso de tráfico ilícito.
Materia prohibida en el doble fondo
del cajón donde guardo
los recuerdos imprescindibles,
en el fondo recóndito y tierno
donde atesoro, inaccesibles, los
sueños.
Se gratificará a quien aporte
cualquier afecto,
cualquier rasgo, un instante
la tristeza o la ternura
que lleve a su detención y
encarcelamiento.
También los silencios que lo acusan
de inhábil rebeldía
o el rostro de los besos a los que
sucumbiera.
Vivo o muerto pertenezco a mi existencia.
Ni la celda más tenebrosa,
ni la soledad más asesina
harán que desfallezca
harán que desfallezca
el contrabandista que llevo dentro,
por más que una redada implacable
acorrale mis sentimientos.
Loja, 2 septiembre 2012
Juan María, precioso! Un beso.
ResponderEliminarQuiero comentarte también que para poner ese comentario tan escueto he tenido que demostrar que no soy un robot escribiendo unas letras ilegibles; después de intentarlo más de diez veces y llegar a creerme que era un auténtico robot, aceptó la entrada como buena. ahora estoy confusa y no sé qué soy en realidad. Un beso
ResponderEliminarSi tu fueras robot, yo querría ser cualquier personaje de Asimov para convivir en tu espacio. Claro que no, amiga, a pesar de los condicionamientos de este tipo de páginas, no eres, definitivamente, un robot, a no ser que ahora sean ellos quienes cargan con la sensibilidad, con las emociones y las ilusiones. Gracias por estar ahí y por tus siempre bienvenidos comentarios. Un beso. P.D. Por cierto, a mí también se me ha puesto un poco cabroncete el gestor de los comentarios. Habrá que imponerle un correctivo. Jajaja.
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