No
es renunciar
a la palabra, al rumor,
al silencio unísono o al ahogo
en primera y única persona.
No
es sentir rígidos los nudillos
-locos de remate-
la palma de la mano desolada
y un vacío de sangre anudándote las
venas.
No
es negarte a dar un paso más, a la
huella,
a desarmar las puertas, al óxido,
a deshacer la cólera que se quiebra
traquea adentro.
No
es conjugar agonía y nada
inocencia
omisión, todo, apenas
nadie, desenlace.
No
es dejar la letra en blanco,
la letra en blanco,
la letra
la...
Loja, 6 enero 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario