Rebelados contra la noche,
disparan
mis ojos
interrogantes
a ráfagas por descubrirse,
mas
regresan agónicas
y sin
respuesta.
Un aire
bélico y denso
recorre
entonces
los
campos alborotados
de mi
conciencia
y nada
hace presagiar
-a
partir de esa acre bocanada-
la paz
o una
calma duradera
siquiera.
Endiablada
danza
corriendo
por los dedos
de una
sola de mis manos,
arpegio
sanguinario que ataca
en
brutal pentagrama
hastaencajar-
sehastaenca-
jarsehastaen-
cajarsehasta-
encajarsehas-
taencajarse.
Compulsiva
letanía
de
palabras fragmentadas
por el
eco acerado del miedo.
Fuerza
centrífuga:
abatido
entendimiento.
Una
hora de nadie
es este
duermevela déspota
y
homicida:
ni de
los vivos
ni de
los muertos.
Podrido,
prematuramente,
el
fruto de los sueños
infesta
un alba
que no
acaba de adivinarse.
Un
desconsuelo imperioso
y
obsesivo
para la
luz que se contrae
más
allá del recuerdo.
Bruma
total. Pretérito imperfecto.
Y una
asfixia creciente
e
infinita de sospechas
licuando
las
órbitas del tiempo.
Torrox,
8 agosto 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario