Hace ya,
paso demasiado tiempo junto a esta
esquina llagada
que tanto temo,
y no puedo asirme –por más que lo
intento-
a ninguno de los rostros que
bosquejan mis dedos
sobre la pálida tez de las paredes.
Hace ya
que no persigo sortear la esquirla
que directa
apunta hacia mi existencia,
que no trato, para continuar mi
camino,
evitar la sinrazón que sacrifica
los arrestos de mi voluntad
postrera.
Hace ya
que me siento mal –acaso sin dudas-
cuando todo me interroga y no
balbuceo,
ni tan sólo,
un monosílabo de socorro o de
tristeza,
ni apaleo la indolencia que me
atenaza.
Y qué se yo, al cabo,
de esta demora sin defensa,
de esta parodia que se alarga tanto
como mi sombra contra el suelo,
si tan siquiera me duele
el frío que se me mete tan adentro.
Loja, 15 abril 2016
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