lunes, 5 de diciembre de 2011

Por saciar tu deseo y el mío



Hoy parece un engaño que fuésemos felices
al modo inmerecido de los dioses.
-Francisco Brines-


Por saciar tu deseo y el mío
revelaremos la leyenda memorizada en nuestros cuerpos
de cuando fuimos irreemplazables
al modo todopoderoso de las criaturas del edén;
santificaremos el goce infinito de los besos
glorificados en nuestros labios.

Por prender nuestro mutuo deseo
-el de las encendidas madrugadas insomnes-
reivindicaremos, aquí y ahora,
el estremecimiento eléctrico que nos aguarda
en brazos del delirio venidero:
conjuguemos la ingravidez liberada de tu torso
y del mío
con el jadeo galopante de nuestros cuerpos
y recobremos
poco a poco
la mirada
el pulso y el aliento.

Por colmar el afán de tus caricias y las mías
profanaremos versículos
quebrantaremos leyes y mandatos.
Astillas de amor se rebelan en la incertidumbre
de lo celeste y de lo humano
y vencen de pasión incruenta sobre la sombra acerada de los dioses
antigua,
estéril y amarga.

Por salpicar de deseo tu vida y la mía
rompo en mil fragmentos el cristal de la distancia
hasta regocijarse en cada luna un roce
un movimiento
la furia
un océano
un corazón trastornado.

Por anegar la piel del deseo
vamos a incendiar
-sin ánimo de sofocarlo-
el polvorín de nuestros sentimientos,
sin una culpa
sin un tropiezo
sin un pecado.


Torrox-Loja 5 diciembre 2011

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