domingo, 30 de mayo de 2010

Libro poemas "Sin orden y con cierto"

"Sin orden y con cierto" es el fruto del trabajo poético desarrollado por Juan María Jiménez entre 1975 y 2005, un total de 30 años que se manifiestan a través de cien poemas estructurados en seis apartados: De mis otras caligrafías (1975-1979) Los versos del éxodo (1980-1986) Concédeme el tiempo necesario (1986-1990) Los favoritos de los dioses (1991-1995) Síntesis de álgebra humana (1996-2000) Con y sin urgencia (2001-2005) Sus versos están cargados de referencias autobiográficas y expresados de un modo apasionado e intenso, y con frecuencia desgarrado.


Fue publicado por Ediciones Lulu (ID: 645381) en abril de 2009 y presentado publicamente el 26 de junio de ese mismo año en el Centro de Iniciativas Culturales El Pósito, de Loja (Granada), mediante una lectura de poemas que iba alternándose con proyecciones audiovisuales y la dramatización de algunos de los poemas.
El libro consta de 108 páginas con portada sobre un óleo de Luz María López. Puede adquirirse en www.lulu.com; o directamente del autor, solicitándolo al correo electrónico: jumajilo@hotmail.com o al teléfono 633 49 39 39, al precio de 8 euros más gastos de envío.



PRE-TEXTO
La distancia que separa el perfil de una sonrisa, del espléndido huracán de la euforia es, a veces, tan grande, que se nos hace inaprensible y casi siempre extraña.
Las huellas de la derrota íntima se confunden sobre el terreno del exilio interior con la algarabía del regreso y queda el aliento o el desaliento.
Este es un intento de poner un cierto orden donde no puede haberlo, de situar los puntos sobre unas ies que se elevan o caen con tan pasmosa agilidad y vértigo que es imposible atinar en la diana.
Es, no obstante, un ejercicio de entrega, de complicidad, de juego... de encajar los instantes hechos palabra en la estructura lineal de un verso, en la geografía polimórfica de un poema.
No creo en los tiempos estancos y sí, por contra, en los tiempos compartidos. Creo que un mismo refugio, el propio, puede ser abrigo para la soledad o la compañía, sin que se agrieten sus pilares ni rechinen sus dilatadas presencias.
¿Cabe justificación para el tropel de sensaciones o para el caudal de sentimientos, ya amargos, ya sublimes, ya marchitos o decididamente enérgicos?. Cabe la piel y sus reflejos. Sí. Caben el diapasón y todos sus tonos inéditos y posibles, y también, claro, el tropel de instrumentos. Sin orden y con cierto.