martes, 27 de agosto de 2019

Reset




Más de una vida,

por no decir toda mi vida,

he deseado la de otros

y ha llegado la hora, por fin,  de ser yo:

soñar agarrado a las ramas de los árboles con los pies colgando

bajo mi vientre,

caminar a la velocidad de los humanos

y no anhelar las alas de quienes se dicen ángeles o  demonios,

no precipitar el agua que corre por los arroyos,

ser apenas alguien que no precise

construir un relato de cada minuto vivido,

resolver tantas y tantas cosas antes de volver

 a ser quien podría haber sido, antes

incluso de quien he sido,

ver  por una rendija lo que quiero o lo que temo,

recordar esa vocación de paisaje amarrada

a las ramas de la tierra,

perder el miedo a reír abiertamente,

descifrar cuantas más espirales,

decirte a la cara que me gusta la blancura

azul de tu piel y los nimbos

transparentes de tus ojos,

que espero el azúcar inocente de tu sonrisa,

y no temer nada

como si nada

hubiese ocurrido en este instante

ni en cuantos fueron.

Así, sin más.




Loja, 28 agosto 2019

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