viernes, 6 de abril de 2012

Prisa



Prisa,
tengo prisa
mucha prisa esta noche
de estrellas en desbandada
por las calles ácidas, solitarias y húmedas
del firmamento.

Y no sé por dónde empezar
en este motín -de hombre apenas-
a cielo descubierto,
ahora que nada quiero dejar para mañana.
Por si no amanece.




Loja, 7 abril 2012

7 comentarios:

  1. Prisa por contar estrellas y perderme en el infinito de esa belleza que muestras en tu imagen, es lo que a mi me han entrado. Saludos

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    1. Por qué sera (cada vez con mayor profusión) que a cada instante que pasa no me asiste la tranquilidad o el sosiego del tiempo vivido, sino la premura del que ha de llegar. Gracias Lola, a corazón abierto.

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  2. Precisamente es la prisa lo que nos mata.
    Por eso he disfrutado lentamente, palabra a palabra tu poema.

    Me ha encantado.
    Mil gracias por compartir.

    Un beso.

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  3. Cuanta razón, amiga Laura, que lo que nos queda por hacer venga a veces de la mano de tan mortífero tiempo. Pero a pesar de todo, cabe la esperanza de muchos horizontes encendidos cada mañana. El placer, inmenso, es mío. Gracias.

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  4. Pues espero sinceramente que la prisa se apodere de tí a menudo, a tenor de lo que es capaz de inspirarte. Estupendo breve, para leer deprisa y paladear despacio.
    Por cierto, gran blog el tuyo.

    Un cordial saludo.

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  5. Amigo Ramón, realmente, la prisa está haciéndoseme cada vez más presente, no se si para bien de mis poemas o no, pero si es cierto que a veces me invade una especie de premura por hacer cosas, por recuperar tiempos perdidos... Pero, normalmente suele controlarla también. Me alegra enormemente que te guste mi blog. Un saludo cordial.

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  6. Prisa...
    ¿Qué prisa?
    Para vivir se hace necesario utilizar el tiempo sin prisa.
    Vivir es como hacer un viaje turístico pero sin cámara fotográfica, sino con un bloc y unos pinceles.
    Vivir es obtener la imagen de primera mano a través de nuestra mano.
    No hay prisa. El mañana no es y el ayer ya fue. Por eso no hay prisa. Vivir es estar entre el ayer y el mañana; entre el antes y el después.
    No hay que llevarse quinientas fotos digitales de nuestro viaje turístico sin haber captado la esencia de lo que hemos fotografiado. Llevémonos tres hojas de bloc con imágenes de primera mano a través de nuestra mano y la imagen vivirá en nosotros. Las fotografías las olvidaremos.
    Perdona querido Juan, pero quizás te he largado una perorata sin cuento, pero es lo que me ha sugerido la lectura de tu poema y la actitud ante el correr del tiempo cuando empezamos a tener una edad.
    Un abrazo.

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