martes, 12 de octubre de 2010

Afuera

 


Afuera:
El aire y nada.
Solo de todo.
Ni la frecuencia que reclama el espacio
entre las ondas de los besos que no nacen
o el socorro de los perdidos.
Ni un malherido pensamiento 
que perturbe esa cruenta paz de silencio
y conspiraciones imposibles.
Ni un lanzacorazones que inflame
la resistencia de tanta parálisis obcecada
o el delirio exangüe de las sombras.

Afuera:
Nada y aire.
Todo de solo.
Ni un paso perdido o por arrancar
a ninguna parte
ni que de allí provenga.
Ni un muelle al que amarrar sueños
o instigados desvelos
por desguarecer tanta calma.
Ni el murmullo de un roce
a flor de piel
o epidermis adentro.

Afuera:
Un cataclismo inagotable
para cuanto fue
y  un vacío insaciable para cuanto es.
Y yo.

13 octubre de 2010

3 comentarios:

  1. VA-YA TELA, Juan...no me digas que es "antiguo" porque se me caen los palos del sombrajo "mío" por no haberlo descubierto antes en tu libro.
    me ha puesto los vellos de punta, y no...no lo voy a parafrasear, no.
    La fotografía también habla por él (es preciosa además).
    Me quedo con todo lo que me ha transmitido, sólo posible por su magnífica hechura y la "verdad" que lleva.
    Un beso, Juan

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  2. Querida amiga, no, acaba de salir calentito, esta misma mañana, me desperté a las 5 de la madrugada con él y ya no pude parar hasta terminarlo.Quieres que te diga una cosa, me gusta. es verdad. creo -vaya falta de modestia- que no está mal del todo. Gracias por tus palabras. Qué haría sin tí. La foto es de mi hijo, Juan María, la hizo el lunes en Granada, un día tan especial... con él.

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  3. Felicita a tu hijo de mi parte por la fotografía, por favor.

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